Una Iglesia llena del poder del Espíritu Santo, que conoce y vive la Escritura (Santa Biblia), que predica con fervor el Evangelio, que descubre y usa los dones que Dios le ha concedido, que está en constante crecimiento, y en la que cada uno de sus miembros es feliz porque experimenta una relación viva y personal con Jesucristo.

martes, 12 de abril de 2011

¡Si hubiera!

Domingo 10 de Abril de 2011


Cuando Marta supo que Jesús llegaba, fue a su encuentro; pero María se quedó en la casa. —Señor —le dijo Marta a Jesús—, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Juan 11.20-21(NVI)


Martha y María eran de personalidades muy diferentes. Martha era del tipo activo, ocupada, obsesivamente hospitalaria, mientras que María era meditativa, del tipo contemplativo.


Aunque muy diferentes en muchas maneras, sin embargo, eran exactamente iguales en otra forma. ¡Cada una colocaba la culpa en su justo lugar! En los versos de hoy, Martha corre a encontrar a Jesús en medio del camino, lo confronta con su “si hubieras”. Culpaba a Jesús por la muerte de su hermano. Un poco después, María hizo lo mismo, usando las mismas palabras. Ambas tenían plena confianza en la habilidad de Jesús para sanar a su hermano de su enfermedad. Pero él no llegó, y el hermano de ambas murió. ¿Cómo es que su mejor amigo, Jesús, les hizo esto? Martha y María hicieron lo que muchos de nosotros hacemos cuando lloramos la muerte de un ser querido, o por lo menos cuando estamos decepcionados con la forma en que la vida nos ha tratado. ¡Dios tiene la culpa! Cuántos de nosotros hemos vociferado en la misma herida, angustia, ira o desesperación, en el momento, en que en tiempo de una pérdida o herida, utilizamos las mismas palabras de lamento. Si hubiera perdido ella ese vuelo. Si solo hubiera dicho yo la verdad. Si sólo hubiera tenido el tiempo para decir ‘adiós’. Si hubiera Dios respondido a nuestras oraciones. Si le hubiera yo escuchado. Si le hubiera perdonado. Si pudiera el regresar. Si hubiera yo adoptado mi postura sobre eso.


A veces no hay “blanco” para nuestros comentarios con “si hubiera”. Sin embargo muchos de nuestros comentarios de este tipo esconden la verdadera pregunta de lo que estamos preguntando: “¿En dónde estás tú, Dios?” C. S. Lewis dijo en su libro Una Pena en Observación “Cuándo eres feliz, tan feliz que piensas que no tiene sentido necesitarlo a El, si te vuelves a El con alabanza, serás recibido con los brazos abiertos. Pero acude a El cuando estás en desespero, cuando cualquier otra ayuda es vana, y ¿Qué es lo que encuentras? Una puerta cerrada en la cara, y un sonido de doble cerrojo desde adentro. Luego de eso, un silencio. Bien puedes devolverte.” Cuando sus oraciones no son contestadas, ¿Culpa usted a Dios? ¿Culpa a los demás? O ¿puede que “culpe” usted a la oración?


Dios está bien familiarizado con los “si hubiera”. La única razón por la que Jesús estaba en Palestina era porque Dios, herido y en angustia luchaba con la creación humana que había elegido el pecado, en vez de la plenitud de vida. Casi puedo ver los ojos de Dios cerrarse fuera del Jardín del Edén, mientras respira y piensa “… Si no hubieran elegido el pecado, no tendría yo que ir – y morir en una cruz.” Jesús era la culminación del mayor “si hubiera” en toda la historia.


Oración: Jesús, cuando las cosas van mal, ayúdanos en nuestra fe. Amén.


Preguntas
1. Pondere su propia lista de “si hubieras....”
2. ¿Qué podría remover los “si hubieras” de su vida?

No hay comentarios: