Una Iglesia llena del poder del Espíritu Santo, que conoce y vive la Escritura (Santa Biblia), que predica con fervor el Evangelio, que descubre y usa los dones que Dios le ha concedido, que está en constante crecimiento, y en la que cada uno de sus miembros es feliz porque experimenta una relación viva y personal con Jesucristo.

viernes, 12 de marzo de 2010

El Precio de la Fe

Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos.

—Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Marcos 8:34-38 (NVI)

Al seguir su camino hacia la cruz, Jesús sabía que nada se haría fácil para él. También sabía que algunos de sus seguidores tendrían que experimentar sus propias cruces. ¿Qué precio tiene tu propio viaje de fe? A través de la historia, para algunos, el precio ha sido la vida misma.

Lyon era la capital romana de la Galia (hoy Francia), y una de las ciudades más importantes en el imperio romano. Los cristianos que vivían en Lyon (y en la cercana Viena) en el año 177 vivieron su fe en Cristo de manera muy costosa. Para poder reunir evidencia contra los cristianos, unos ciudadanos de Lyon torturaron a varios esclavos de cristianos. Los esclavos fácilmente dijeron que sus amos eran culpables de incesto y canibalismo, dos cargos comunes contra cristianos de aquella época. Tales acusaciones inflamaban los prejuicios de la turba, que demandaba que se tomaran acciones contra los cristianos. Como resultado, cuarenta y ocho cristianos murieron ya en la prisión o en la arena.

Blandina, joven esclava cristiana, es un ejemplo típico del increíble sufrimiento que sobrellevaron los cristianos en ese episodio. Una carta de la iglesia dice: “Blandina fue llena de tal poder que quienes la torturaban por turnos de todas las maneras desde el amanecer hasta el anochecer quedaban cansados y exhaustos, y ellos mismos confesaban que quedaban derrotados por no tener ya más formas de torturarla; se maravillaban que el aliento seguía en un cuerpo tan maltratado y cubierto de heridas abiertas, y testificaban que una sola forma de sus torturas era suficiente para extinguir una vida, mucho más tantas y tan variadas como le habían hecho.”
Blandina se mantuvo firme en su fe, y cuando fue puesta de nuevo en la prisión, animaba a los otros prisioneros a seguir firmes en su fe. Sin embrago, su tribulación no se iba a terminar pronto. Después sería atada a una cruz en la arena y se soltaron bestias salvajes. Ya que ninguna de las bestias se le acercaba para hacerle daño, se le soltó de la cruz y se le puso de nuevo en prisión. Después la trajeron otra vez a la arena, la injuriaron, la pusieron en una parrilla al rojo vivo, y finalmente fue cornada por un toro hasta que murió. Jesús dijo: “Toma tu cruz y sígueme”--¿es todo esto parte de lo que significa tomar la cruz? Es interesante notar que inmediatamente después de esta persecución, la iglesia lanzó su trabajo misionero hacia la población rural circundante en los alrededores de Lyon. ¿Qué cantidad está escrita en el precio de tu fe?


Oración:
Señor Jesús, ayúdame a no olvidar el precio que tú pagaste—por mí. Amén.


Preguntas:
1. ¿A qué cosas has renunciado para seguir a Cristo?
2. ¿A qué cosas no has renunciado para seguir a Cristo?