Una Iglesia llena del poder del Espíritu Santo, que conoce y vive la Escritura (Santa Biblia), que predica con fervor el Evangelio, que descubre y usa los dones que Dios le ha concedido, que está en constante crecimiento, y en la que cada uno de sus miembros es feliz porque experimenta una relación viva y personal con Jesucristo.

lunes, 4 de abril de 2011

¿Como está tu Mayordomía?

Lunes 4 de Abril de 2011


Lectura Bíblica: Mateo 25:14-30


Cuando nuestra nieta Kenya tenía 4 años, una vez se alistaba para salir, y me entregó su muñeca favorita, Angel. Me dijo “quiero que la cuides”. Mientras sostenía a Angel en mis manos, no pude hacer más que sonreír, pero para ella no era un asunto de gracia. Luego me dijo que esperaba que se la entregara en las “mismas condiciones en que te la entrego a ti”. Aquella era toda una tarea para un hombre que nunca en su vida había tenido una muñeca y quien no podia coser ni un trocito de tela! Tenía un ojo golpeado, su ropa era un desastre, y no tenía ni calzones ni zapatos. ¡Pensé que podía hacerlo mejor que eso para Kenya! Cuando me entregó a Angel, me convertí en el ministro de la muñeca, comisionado a cuidarla en lugar de Kenya.


De eso se trata la Parábola de los Talentos (en la época de Jesús, un talento valía más que el salario de quince años de un obrero). Para el obrero promedio, eso es aproximadamente un tercio del trabajo de alguien. Compare lo que gana usted al año en la actualidad, o lo que quizás reciba en ingreso por retiro. Multiplique la cifra por 15, y tendrá una idea de lo que Jesús quería decir. No importa de qué economía se trate, un talento era/es una gran responsabilidad, un reto inmenso y una oportunidad increíble, dependiendo de lo que hiciera usted con él.


Sin embargo, el significado de esta parábola no se centra en la cantidad de dinero. La pregunta básica para todos nosotros es esta: ¿Qué estamos haciendo con los “talentos” que Dios nos ha ENCOMENDADO? Así como Kenia me ENCOMENDO su muñeca, Dios nos ha ENCOMENDADO muchas cosas a cada uno de nosotros. Por ejemplo, cada uno de nosotros tiene tantos años para “gastar” –Dios nos ha ENCOMENDADO cada año. Necesitamos preguntar qué hacemos con nuestro “tiempo”.
Cada uno de nosotros tiene dones para ser utilizados en el acercamiento del Reino de Dios. ¿Cómo estamos administrando estos dones? La Escritura claramente nos enseña que no poseemos nada – todo lo que somos, todo lo que tenemos, y toda relación nos ES ENCOMENDADA por Dios. Sea que tenga cinco, dos o un talento no es el desafío. Jesús definirá nuestra mayordomía según lo que estamos haciendo con lo que nos ha sido ENCOMENDADO.


Tome un momento, y califique cómo está su mayordomía de todo aquello que Dios le ha encomendado. ¿Qué diría Jesús acerca de lo que ha hecho usted?


Oración: Jesús, ayúdame a ser en la medida de lo posible, el mejor mayordomo de todo lo que me has encomendado. Amén.


Preguntas:
1. Dese usted mismo una puntuación en su grado de mayordomía de todos los dones que Dios le ha dado.
2. ¿Le daría a Dios esa misma puntuación? Si no, ¿Qué puntuación le daría Dios a usted?