“Estos confían en carros y aquellos en caballos: mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria” Salmo 20:7
Considero esta tragedia, como la gran decepción humana, de haber convertido en un icono, la planeación y construcción de este buque de gran envergadura. La exhibición anual casi continua de esta película, atrajo a mucha gente a verla a través del cine y posteriormente por la televisión, en emisiones especiales.
Muchas tragedias han ocurrido en el mundo: terremotos, inundaciones, huracanes, tifones, tsunami, erupciones, etc. Pero su recuerdo ha ido desapareciendo rápidamente, no sucediendo lo mismo con esta cinta, dado a sus muchas versiones que se han originado.
¿Qué representa la tragedia de este colosal buque? Pues, una exaltación a la arrogancia, a la vanidad, al orgullo, a la pretensión y autosuficiencia humana. “Estos confían en carros y aquellos en caballos…….”
Se le llamaba el coloso de los mares, otros se atrevieron a decir: “Que ni Dios podía hundirlo” Naufrago en su 1er viaje, en su salida inaugural, causando la muerte de 1522 personas. Media cerca de 260 metros, más o menos equivaldría a un edificio de 100 pisos.
Se decía que era un prodigio de ingeniería, con sus grandes pistones y maquinas que movían las enormes hélices con las que se impulsaba el gran buque. Se había planeado para ser insumergible.
Solamente basto que rozara con un iceberg o tempano de hielo, para que fuese cortado como una lata de sardinas y se fuera a pique.
Dios hablo y nos sigue hablando hoy en día, a través de este descomunal desastre. Nos recuerda a todos los hombres que la vida por mas bien planeada, garantizada, asegurada, pujante, moderna y gloriosa que sea, esta entera y exclusivamente en sus manos, en las manos de Dios.
El Titanic es un drama sobre la fe del hombre en la tecnología y el engaño. Todos estamos viviendo actualmente en una especie de Titanic. La vida humana y el avance del mundo pueden ser comparadas con este gran navío. Las expectativas del mundo son excelentes, el progreso es impresionante en todos los campos: medico, investigativo, cibernético, robótica, herencia. Nada parece interrumpir el advenimiento de días cada vez mejores.
Sin embargo hay adelante algo con lo que nadie cuenta, algo fuera de control y de dominio, incluso de los muy preparados. Se piensa en todo menos en lo único seguro de la vida: la muerte.
Todos los pasajeros del Titanic podrían haberse salvado si hubieran contado con suficientes botes salvavidas. Pero no lo fue así, porque el hombre confiaba en que sus conocimientos hacían de aquel barco, algo insumergible, totalmente seguro para la navegación.
Contrario a lo que sucedió a este navío, para este mundo existe un solo barco, un arca de salvación, una sola puerta. En esta arca hay lugar para todos los que quieran, pero el acceso es único “Yo soy la puerta, el que por mi entrare, será salvo” Juan 10:9ª
“Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre dado a los hombres (Jesucristo) en que podamos ser salvos” Hechos 4:12
Ha pensado usted lo que le depara después de la muerte, tiene usted la certeza adonde va a ir cuando parta de este mundo o acaso sabe con exactitud, cuando va a morir, o no tiene ninguna esperanza.
Por un momento haga un alto en su vida y piense en esto. Que no le suceda lo que le aconteció a estos pasajeros del Titanic. Ellos confiaron en la seguridad del buque, producto de la tecnología e ingeniera humana, en ningún momento pensaron en que sería su primer y último viaje, mucho menos pensaron en Dios.
Yo le invito querido lector, a que entre por la única puerta (Jesús) y siga el único camino (Jesús) que lo lleva al arca de la salvación y no perezca por siempre………………..
