Una Iglesia llena del poder del Espíritu Santo, que conoce y vive la Escritura (Santa Biblia), que predica con fervor el Evangelio, que descubre y usa los dones que Dios le ha concedido, que está en constante crecimiento, y en la que cada uno de sus miembros es feliz porque experimenta una relación viva y personal con Jesucristo.

jueves, 17 de marzo de 2011

Carguen mi Yugo

Jueves 17 de Marzo de 2011

Lectura Bíblica:

»Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.» Mateo 11:28-30 (NVI)

¡Quienes escucharon a Jesús llevaban triple yugo! Llevaban el yugo de Roma, bajo la presión de conformarse a las reglas de un opresor. Muchos de ellos vestían el yugo de la pobreza –
trabajaban duro, y tenían poco que mostrar por su esfuerzo. El tercer yugo que tenían era el de la Sinagoga (ver los mandatos y reglas en la lectura de ayer).

No había esperanza para liberación de sus yugos. Tenían que escuchar para siempre aquellas voces que decían “no podría hacer esto o aquello.” El comentarista bíblico William Barclay observó lo siguiente: “Aún los Rabinos vieron esto. Hay una triste parábola del Corán, la cual muestra cuán esclavizantes podían ser las demandas de la Ley. Había una viuda pobre en mi vecindario que tenía dos hijas y un terreno. Cuando inició a arar su tierra, Moisés (o sea, la Ley de Moisés) decía que no se podía arar con un burro y asna a la vez. Cuando la viuda empezó a sembrar, entonces decía: ‘No puede sembrar su campo con semilla mezclada.’ Cuando empezó a cosechar y a reunir pilas de maíz, dijo, ‘Cuando esté cosechando o segando los frutos, y haya olvidado gavillas en el campo, no debe regresar a recogerlas,’ y ‘no deberá cosechar los bordes de su tierra.’ Empezó ella a trillar, y entonces él le dijo: ‘Dame la ofrenda, y el primer y segundo diezmo.’ Aceptó ella el mandamiento y le dio todo. ¿Qué hizo luego la pobre mujer? Vendió su tierra, y compró dos ovejas, para hacerse sus propios vestidos de la lana y obtener ganancia de sus crías. Cuando nacieron la crías, Aarón (o sea, las demandas del sacerdocio) entonces vino y le dijo:
‘Dame el primogénito.’ Aceptó ella tal petición, y se lo entregó. Cuando llegó el tiempo de esquilar, y les hubo cortado toda la lana, vino Aaron y le dijo, ‘Dame la primera lana de la oveja’. Entonces ella pensó: ‘No puedo ir en contra de este hombre. Sacrificaré las ovejas y me las comeré.’ Entonces Aarón le dijo ‘Dame el hombro, ambas mejillas y el estómago.’ Ella entonces dijo: ‘Aún cuando las haya matado no me libraría de tí. He aquí, entonces, que las dedicaré a Dios.’ Entonces Aaron le dijo: ‘En tal caso, me pertenecen completamente a mí’. Las tomó y se las llevó, y la dejó llorando con sus dos hijas “

Los Judíos a quienes se enfrentaba jesús estaban gobernados virtualmente en cada aspecto de su vida – todo basado en leyes entregadas por Dios, pero torcidas e infladas para servir al deseo de un grupo de personas que deseaba dominar a las otras.

Necesitaban un alivio. En una palabra, necesitaban descanso. Acaso puede imaginárselos con sus oídos prestando atención cuando Jesús les dijo “Vengan, y les daré descanso.” De seguro que él recibía toda su atención.

Oración: Jesús, gracias por quitarme el yugo, y darme descanso. Amen.

Preguntas:
1. ¿Cuáles son las cargas que tanto la gente que va a la iglesia como la que no, llevan en el día de hoy?
2. ¿Cómo puede Jesús traer esperanza a la gente quebrantada en el día de hoy?