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jueves, 10 de marzo de 2011

La Proclamación de Juan

Jueves 10 de Marzo del 2011

Lectura Bíblica: Mateo 3:1-11

Sí, los ángeles fueron los primeros en iniciar la transmisión mundial del anuncio de que Dios se había encarnado, y que ahora era un residente de Belén. De inmediato fueron seguidos por un sorprendente y entusiasta grupo de pastores que sembraron la semilla de las nuevas sobre la venida de Dios en la tierra. La próxima persona que dramáticamente insistió en el “Tu tienes que escuchar esto” fue Juan el Bautista.

Juan vestido como Elías y otros que vivían apartados de la sociedad (ver 1ra. De Reyes 1:8). De seguro que usted no lo hubiera invitado a llevar el mensaje en su iglesia! La dieta de Juan era la de la gente más empobrecida. Existían en aquella época apicultores domésticos, pero Juan eligió sólo comer miel silvestre. Juan no estaba avergonzado ni tranquilo sobre lo que tenía que anunciar. Tampoco era suave o vago en lo que tenía que decir. Mientras los Fariseos y Saduceos escuchaban y observaban, les confrontó en su misma cara cuando les dijo “Ustedes generación de víboras” (V. 7). Para poder sentir el nivel de intensidad de su pronunciamiento, se necesita entender que los antíguos pensaban que algunas de las especies de víboras iban devorando el cuerpo de sus propias madres al momento de nacer. Era lo suficientemente malo que se le llamara víbora a alguien; pero el que se le llamara a alguien hijo de víbora era aún peor –el matar a su propia madre o padre era el crímen considerado más atroz en la antigüedad.

¿Qué era lo que mantenía a Juan tan entusiasmado e intenso en sus palabras? El anunciaba que Dios, en la persona de Jesús estaba ahora en la escena, y que era El quien bautizaría en el futuro. ¿Qué tan bajo se había colocado Juan en la escala humana? El les dijo que no era ni siquiera digno de llevar las Sandalias de Jesús.

Los esclavos de aquellas personas de las altas esferas de la sociedad usualmente tenían un mayor estatus social que aquellos que eran libres. Un esclavo cargaba las sandalias de su maestro; Aquí Juan afirmaba que no era digno ni siquiera de ser un esclavo de Cristo.

Luego el mismo Juan protestó cuando Jesús le pidió que le bautizara; Jesús le convenció de que este acto era necesario, y Juan le bautizó en el Río Jordán. Era este el tercer anuncio –y uno muy público– de que Dios estaba presente ahora en la tierra en la persona de Jesús. Y aunque le costó su vida no mucho tiempo después, Juan se comprometió a contar la historia de la llegada de Dios. Mientras caminamos las próximas seis semanas con Jesús hacia Jerusalén, recordemos que este anuncio plantó las primeras semillas de la resistencia, el odio y la traición –pues los líderes del templo estaban asombrados, y los líderes Romanos empezaron a tornarse vigilantes.

Oración: Gracias Jesús, por el compromiso asumido por Juan de “decir la verdad” sobre la llegada de Dios. Amén.

Preguntas:
1. ¿Por qué el rol de Juan era tan importante para los tres años de ministerio de Jesús?
2. ¿A quién conoces tú que posea la misma perentoriedad de Juan el Bautista?