Una Iglesia llena del poder del Espíritu Santo, que conoce y vive la Escritura (Santa Biblia), que predica con fervor el Evangelio, que descubre y usa los dones que Dios le ha concedido, que está en constante crecimiento, y en la que cada uno de sus miembros es feliz porque experimenta una relación viva y personal con Jesucristo.

domingo, 17 de abril de 2011

"Quédense y Velen Conmigo"

Domingo 17 de Abril de 2011


Lectura Bíblica: Marcos 14:32-42


“Quédense aquí y velen conmigo”, eso pidió Jesús (v 34). Hay algunos pocos de nosotros que al acercarse a los valles más profundos de la vida, quisiéramos ser dejados solos. Hay algo bueno en tener a alguien “velando” con nosotros cuando la vida está en su peor momento. Para Jesús, el final estaba a solo horas. Les pidió a sus amigos más cercanos que pasaran esa noche con él. Para los discípulos, la idea de la cena sonó muy bien; pero el mudarse a Getsemaní probablemente que les ocasionó preocupación e inquietud, particularmente, a la luz de las palabras de Jesús a Judas, y su partida.


Por los siglos, los discípulos han recibido menos de la puntuación que se necesita para pasar de curso debido a su comportamiento en el Jardín, mientras Jesús era maltratado, y luego crucificado. Confieso que cada año, durante la Semana Santa, me transporto mentalmente a aquel escenario y me pregunto: “¿Dónde estarías tú, y que hubieras hecho si hubieses estado allí”? Me hubiera mantenido despierto mientras Jesús oraba; ¿Lo hubiera hecho usted? Es fácil contemplar aquella escena dos mil años después – y con poco esfuerzo llegar a la conclusión de que hubiera estado allí; hubiera ido a los tribunales, y hablado; Estaría allí allí arrodillado ante la cruz. Es fácil hacer rejuegos con la historia, ¿Verdad que sí?


Siendo justo con los discípulos, ellos sí vinieron cuando Jesús los invitó a cenar. Ellos no salieron del lugar cuando Judas se paró y se marchó. Aunque estaba oscuro y de seguro era un poco tenebroso el lugar, ellos sí fueron al Jardín del Edén en la oscuridad. Ellos estuvieron allí cuando él dijo que necesitaba orar. Aunque se hayan quedado dormidos, todavía permanecían allí con él. Estoy seguro que Jesús apreció el hecho de que estuvieran allí, aun no pudieran mantenerse despiertos. Los discípulos se mantuvieron en vela con él cuando los soldados llegaron con Judas. De hecho, estaban listos para pelear si Jesús así se lo pedía, y uno de ellos (¿Pedro?) usó una espada para cortar la oreja de un hombre. Para Jesús, el hecho de estar ellos allí, significaba que él no estaba solo.
Una amiga me contaba de su agonía cuando quien había sido su esposo por dos años murió. La vida había terminado, por lo menos, eso pensaba ella. Ella “tenía tantas ganas de morir, que hasta le pedí a Dios que por favor, me dejara morir”. Fue a este punto cuando una amiga empezó a llamarla – día por día -. “Ella fué mi aliento, mi mejor amiga quien me escuchó y cuidó de mí”. Esa amiga se mantuvo en vigilia con ella, dándole fuerzas mientras salía del valle.


Oración: Jesús, gracias por velar conmigo, especialmente en mis días malos. Amén.


Preguntas:
1. ¿Qué se necesita para “hacer vigilia” con alguien hoy en día?
2. ¿Qué persona que forme parte de su vida hoy, necesita a alguien que “haga vigilia” con ella?

ServicioVerdadero

Sábado 16 de Abril de 2011


Lectura Bíblica: Juan 13:3-16


Está bien que me pida creer en algo; y no hay problema en que me pida que me bautice. Pero… no está bien que me pida que le lave los piés a alguien. Después de todo, ¿Quién se piensa usted que soy yo? ¿Menos que un sirviente?


Probablemente no hemos cambiado mucho desde los tiempos de Jesús, ¿verdad? En el mundo de Jesús la humildad era considerada como signo de debilidad. La debilidad, a cualquier nivel de vida en que se encontrara alguien, era totalmente inaceptable. Aún la apariencia de debilidad tenía que evitarse bajo toda circunstancias. Vaya forma extraña en la que actuó el huésped de honor, Jesús, durante una cena de despedida con sus mejores amigos. ¿Cómo es que pudo Jesús tomar una toalla e insistir en lavar los pies de los discípulos y luego, en cuestión de minutos anunciar “Les concedo un reino”? El lavamiento de pies era considerado algo tan degradante que ni siquiera un amo le podía pedir eso a un esclavo Judío. ¡Con razón Pedro se puso pálido al escuchar la sugerencia!


¿Alguna vez a lavado los piés de alguien? ¿Alguien le ha lavado los pies a usted alguna vez? Probablemente no. ¿Y por qué no, cuando Jesús mismo sugirió que es algo que debemos hacer como seguidores suyos que somos? No existe tampoco evidencia alguna de que los discípulos siguieron sus instrucciones. Para muchos Cristianos hoy en día, el lavamiento de pies es considerada una práctica primitiva, no sofisticada, innecesaria y para algunos otros, hasta embarazosa.


No mucho antes de que Jesús lavara sus pies, surgió una disputa entre los discípulos en cuanto a quién era el mayor entre ellos. Fue en ese momento cuando Jesús les dijo “les entrego un reino” – pero luego ellos no entendieron que estaba hablando de un reino basado en el servicio y la humildad. No entendieron nada en lo absoluto.


¿En dónde empezó toda esta historia? Regresemos a los primeros capítulos de Génesis, y recordemos qué fue lo que precipitó que Adán y Eva hicieran la elección que hicieron. Fue el orgullo, lo opuesto a la humildad, que les llevó a elegir el ser algo mejor de lo que pensaban ellos que eran, y lo que tenían el derecho de ser. Querían ser mejor de lo que ellos percibían que eran; Querían tomar sus propias decisiones – ser sus propios “jefes”. Sí, los discípulos probablemente no entendían nada; Pero ¿acaso lo estamos haciendo mejor nosotros hoy en día?


Oración: Jesús, ayúdame a entender de lo que se trata el orgullo hoy en día. Amén.


Preguntas:
1. ¿Cómo puede la humildad que Jesús exhibió ser reflejada por sus seguidores en un mundo que desprecia la debilidad?
2. ¿De sus amigos cristianos, quienes son los que “secan los pies”? ¿Se encuentra usted entre ellos?