Una Iglesia llena del poder del Espíritu Santo, que conoce y vive la Escritura (Santa Biblia), que predica con fervor el Evangelio, que descubre y usa los dones que Dios le ha concedido, que está en constante crecimiento, y en la que cada uno de sus miembros es feliz porque experimenta una relación viva y personal con Jesucristo.

viernes, 25 de marzo de 2011

El Reino de Dios

Viernes 25 de Marzo de 2011

Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan entre los gentiles ni entren en ningún pueblo de los samaritanos. Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel. Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca.” Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente. No lleven oro ni plata ni cobre en el cinturón, ni bolsa para el camino, ni dos mudas de ropa, ni sandalias, ni bastón; porque el trabajador merece que se le dé su sustento. Mateo 10.5-10 (NVI)

¿Cuáles fueron las primeras instrucciones de Jesús a sus discípulos? ¡Vayan por su comunidad y díganles que el reino de Dios está aquí! Si fuese usted a buscar un tema inspirador, irresistible en la enseñanza, predicaciones y milagros de Jesús, de seguro que sería “El Reino de Dios”, o el reinado de Dios. Por ejemplo, lo encontramos 55 veces en el Libro de Mateo – ¡Sólo en el capítulo 13 aparece 12 veces!

Dos mil años después, ¿Qué podemos leer en el término “Reino de Dios?” ¿Es el “reinado de Dios” real hoy en día? ¿Es acaso lo que los cristianos e iglesias hacen hoy lo que Jesús tenía en mente? De alguna manera, pienso que no.

Cuando Jesús usó el término, los Judíos de su época se imaginaron el reino de Dios como una escalera que sube alto y más alto hacia Dios. A los Gentiles y los de raza “mezclada” como los Samaritanos solo se les permitía entrar a la parte exterior (el atrio de los Gentiles). Una pared les separaba de la próxima sección, la cual permitía la entrada a mujeres Judías. Los judíos podían avanzar a una sección más, pero solo los sacerdotes podían entrar a las áreas sagradas. Finalmente, una vez al año, en Yom Kippur, el sumo sacerdote podía entrar. La comunidad de los Escenios que habitaba en Qumrán tenía una regla rigurosa, “Ningún loco, lunático, bobo, tonto, ciego, lisiado, cojo, o sordo, tampoco menores podrán entrar a la Comunidad”.

Jesús apareció en la escena descrita con anterioridad. Tuvo tiempo para los niños. Compartió con pecadores. Aún habló con Samaritanos. Alcanzó y tocó gente inmunda, y en algunos casos, fue tocado por ellos. En lugar de alejarse de los leprosos, se acercó a ellos. No aisló al lunático o al adicto. Los Fariseos enseñaban que tocar a alguien inmundo contaminaba a quien le tocaba. Pero cuando Jesús tocó a una persona que padecía de lepra, Jesús no se contaminó – por el contrario, ¡El leproso fue limpio! Las mujeres eran claramente ciudadanas de Segunda clase en la cultura Judía. Aún así, Jesús se juntó libremente con mujeres y les enseñó a muchas como sus discípulas.

¿Acaso Jesús no puso en práctica lo que había enseñado en las Bienaventuranzas al principio de su ministerio? En este mundo, como entonces, parecemos admirar al rico, al hermoso, al exitoso. La gracia, sin embargo, introduce un mundo de nueva lógica. Porque Dios ama al pobre, al sufrido, al perseguido, así deberíamos hacerlo nosotros también. Porque Dios no ve a nadie como indeseable, así debiéramos hacerlo nosotros.

En tres cortos años, Jesús definió en persona el significado del Reino de Dios.

Oración: Jesús, abre mis ojos a tu reino. Amén

Preguntas:
1. Defina lo que significa el Reino de Dios para usted hoy en día.
2. ¿Por qué hemos fallado en “hacer realidad” el Reino de Dios en la tierra?