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martes, 15 de marzo de 2011

JesuCristo: Dios-Hombre, Hombre-Dios

Martes 15 de Marzo del 2011

Lectura Bíblica: Lucas 8:22-25

Al final de una semana de nuestra jornada con Jesús, ¿Camina usted junto a otro ser humano, camina con Dios, o es este Jesús una combinación de ambos difícil de creer? Los discípulos todavía no sabían. A menudo se desataban tormentas repentinas sobre el lago llamado Mar de Galilea. Los pescadores locales siempre permanecían más cerca a Capernaúm para poder lanzarse a un lugar seguro cuando enfrentaran una ráfaga repentina. Sólo cuando realizaban el viaje largo al otro lado era que enfrentaban el peligro de ser atrapados por una tormenta repentina.

Algunas historias antiguas narraban sobre indivíduos dispuestos a dominar aún las fuerzas de la naturaleza, pero estos eran meramente dioses hechos humanos. En la tradición Judía, aquél que gobernaba sobre los vientos y el mar era Dios (Sal. 107:29). Por supuesto, los dueños de barcos de hoy en día, o aquellos que nada saben acerca de embarcaciones, sino que son poseedores de vívidas imaginaciones, pintan a Jesús dormido en una litera o cama en una de las áreas de descanso bajo la cubierta. Obviamente, esto está muy lejos de la realidad. El único lugar en el que se podría tratar de dormir en una de las pequeñas embarcaciones de pesca Galilea con toda la lluvia generada por una tormenta sería en la popa elevada, en donde se podría haber utilizado el asiento cubierto de piel del timonel para recostar la cabeza.

¡¡¡Jesús debía haber sido un hombre sumamente cansado!!! Puedo vívidamente recordar cruzar en un gran transbordador desde Nova Scotia hacia Newfoundland con mi amigo, Bill Carpenter, en nuestra ruta a cazar venados. ¡El transbordador era lo suficientemente grande para ir cargado de automóviles y carros de ferrocarril! ¡Nos sorprendió una enorme tormenta con vientos de más de 70 mph! Se nos ordenó a cada uno a regresar a nuestras habitaciones. Nadie se aventuró a permanecer en cubierta. Estaba oscuro, y sin nada que hacer, tratamos de dormir. ¡Pero no hubo forma en el mundo, que ninguno de nosotros pudiera siquiera cerrar los ojos con todo aquel movimiento y balanceo! ¡¡¡Hasta bromeabamos entre nosotros sobre en dónde estaba Jesús cuando lo necesitábamos!!! ¡Estábamos asustados!

Los sermones predicados en el texto de hoy, casi enfatizan el poder inmenso de Jesús sobre toda la naturaleza. Lo cual, por supuesto es cierto. Pero en este pasaje se nos habla de que Jesús no sólo era humano, sino que sentía cansancio, ¡Se sentía tan cansado que podía quedarse dormido en circunstancias en las que yo no podría! Sí, este Jesús iba más allá de nosotros – era Dios en persona – pero al mismo tiempo, era tan humano como tú y yo – quizás aún más.

Oración: Jesús, es bueno saber que pudiste sentir cansancio, y que no hay problema con eso. Amen.

Preguntas:
1. ¿Qué sabe acerca de Jesús que le hace a usted pensar que él es Dios?
2. ¿Qué sabe usted acerca de Jesús que le hace a él igual a nosotros?

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