Una tarde un cansado joven ministro de la Iglesia de Inglaterra afanosamente se encaminaba por una brumosa calle de Londres para encontrarse con unos amigos. Este hombre no estaba muy cansado por largas horas de trabajo físico sino por largas semanas y meses de búsqueda espiritual.
Había algo vital para la vida religiosa que él no tenía en sí mismo; y a diferencia de mucha gente Juan Wesley no estaría satisfecho hasta encontrarlo. Esto a grandes rasgos es su historia.
Era temprano esa tarde de mayo –mayo 24 de 1738– en que Wesley se congregó con un pequeño grupo en un apartado aposento en la calle de Aldersgate en...
lunes, 3 de mayo de 2010
La s Marcas de un Metodista
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