EL FUTBOL (deporte o religión)
Hace tiempo que el futbol dejo de ser deporte para convertirse en un culto, en un acontecimiento que atrapa a millones de personas a nivel mundial.
Al mismo tiempo es un gran negocio en donde se ganan millones de dólares y a la vez se gastan otros tantos.
Los fans de algún equipo, viajan cientos de kilómetros, abandonando trabajos, familias, para estar presentes en algún juego muy especial.
Algunas “estrellas” son aclamadas como dioses, otros son literalmente maldecidos, según las preferencias de los aficionados.
¿Sera en este momento, el futbol, la religión sustituta más poderosa de nuestro tiempo?
Hombres como Nietzsche (alemán) o Lenin (ruso) proclamaron el final de la religión. La futbolomanía demuestra lo contrario.
Mientras que las iglesias se vacían, millones de personas se pasan horas frente al televisor, disfrutando con sus amigos de su pasatiempo favorito el futbol, acompañados de su bebida favorita de moderación.
Es de llamar la atención los enormes templos (estadios): lugares de reunión para grandes masas de gentes, abiertos hacia el cielo.
Desde horas antes del inicio del culto, se encaminan hacia esos lugares, envueltos en ropa de colores, sombreros, silbatos, cornetas, matracas, banderolas: evidentemente en un estado de excitación espiritual.
Antes de entrar al templo, se maquillan con sus colores preferidos y empiezan a entonar canticos y porras, algunas maniacas y repetitivas. En algunos casos hasta conjuros y oraciones se realizan por algún brujo en algún lugar del campo, a veces en las porterías.
Llegado el momento aparecen el pequeño grupo de sacerdotes, 25, tres de ellos envueltos en ropa negra. Ante su aparición las masas despiertan y entran en éxtasis. Entre el bullicio y ruido se pueden distinguir por los altoparlantes algunos nombres, gritan: Borgetti, Pony, Vuoso, Luduena, etc. ¿Se trata de santos o de personas especialmente iluminadas?
Hace tiempo que el futbol dejo de ser deporte para convertirse en un culto, en un acontecimiento que atrapa a millones de personas a nivel mundial.
Al mismo tiempo es un gran negocio en donde se ganan millones de dólares y a la vez se gastan otros tantos.
Los fans de algún equipo, viajan cientos de kilómetros, abandonando trabajos, familias, para estar presentes en algún juego muy especial.
Algunas “estrellas” son aclamadas como dioses, otros son literalmente maldecidos, según las preferencias de los aficionados.
¿Sera en este momento, el futbol, la religión sustituta más poderosa de nuestro tiempo?
Hombres como Nietzsche (alemán) o Lenin (ruso) proclamaron el final de la religión. La futbolomanía demuestra lo contrario.
Mientras que las iglesias se vacían, millones de personas se pasan horas frente al televisor, disfrutando con sus amigos de su pasatiempo favorito el futbol, acompañados de su bebida favorita de moderación.
Es de llamar la atención los enormes templos (estadios): lugares de reunión para grandes masas de gentes, abiertos hacia el cielo.
Desde horas antes del inicio del culto, se encaminan hacia esos lugares, envueltos en ropa de colores, sombreros, silbatos, cornetas, matracas, banderolas: evidentemente en un estado de excitación espiritual.
Antes de entrar al templo, se maquillan con sus colores preferidos y empiezan a entonar canticos y porras, algunas maniacas y repetitivas. En algunos casos hasta conjuros y oraciones se realizan por algún brujo en algún lugar del campo, a veces en las porterías.
Llegado el momento aparecen el pequeño grupo de sacerdotes, 25, tres de ellos envueltos en ropa negra. Ante su aparición las masas despiertan y entran en éxtasis. Entre el bullicio y ruido se pueden distinguir por los altoparlantes algunos nombres, gritan: Borgetti, Pony, Vuoso, Luduena, etc. ¿Se trata de santos o de personas especialmente iluminadas?
(Continuara)
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