Una Iglesia llena del poder del Espíritu Santo, que conoce y vive la Escritura (Santa Biblia), que predica con fervor el Evangelio, que descubre y usa los dones que Dios le ha concedido, que está en constante crecimiento, y en la que cada uno de sus miembros es feliz porque experimenta una relación viva y personal con Jesucristo.

viernes, 11 de marzo de 2011

¿Amigos de Dios?


Sábado 12 de Marzo del 2011

Lectura Bíblica: Salmo 8

Así que Dios vino, y aquí estamos caminando con Jesús hacia Jerusalén. En el camino, vemos una docena de hombres acompañándole la mayor parte del tiempo, ninguno de los cuales posee un título, o tiene una posición de autoridad en la iglesia o el gobierno.


Nadie tiene un grado universitario, un trabajo a tiempo completo, muchos recursos, o aún sabe hacia dónde se dirige este nuevo amigo llamado Jesús – o ¡por qué! De seguro aprenderemos mucho acerca de Jesús si observamos a muchos de los amigos que tiene. Jesús parecía ser alguien completamente abierto a todo tipo y clases de personas. Un estudio sobre el Antiguo Testamento probablemente nos diría que este hombre llamado Jesús, quien dice ser actualmente Dios, refleja bastante al Dios del Antiguo Testamento.

Si lee las historias de las amistades de Dios que aparecen recopiladas en el Antiguo Testamento, empezaría usted a preguntarse sobre la elección que Dios hace de sus amigos. Por ejemplo, Abraham era un padrote para su esposa. Jacob engañó a su hermano – usted sabe ya la historia. Luego vino Moisés, el gran líder que guió al pueblo de Dios fuera de Egipto – sí, Moisés era un asesino. ¿Y quién fue el Rey más grande? Todos contestarían – David. Sí, David, también, fue un asesino, y también cometió adulterio. ¿Esos son amigos de Dios???

Eventualmente, a Jacob se le dio un nombre nuevo, Israel, que significa “El que lucha con Dios”. Jacob obtuvo este nuevo nombre luego de toda una noche de pelea con Dios. Como resultado, aún al día de hoy, los Judíos mismos se auto-denominan “los hijos de la lucha”.

¿Cuál es entonces el mensaje que Jesús quiere que todo el mundo escuche? Volvamos al Salmo 8: “Cuando contemplo el cielo, y la luna y las estrellas que tú mismo hiciste, no puedo menos que pensar: ¿Qué es el hombre para que pienses en él, y el hijo del hombre para que le tomes en cuenta?” (vs. 3, 4) Jesús vino a decirle a cada quién que escuche que el Dios del Universo, el Dios Creador, se interesó tanto por la creación del ser humano que Dios estuvo dispuesto en persona a venir a rescatarnos de los desórdenes que habíamos creado con todas las cosas. Jesús sabía que a Dios le importaba – es por eso que vino. Jesús sabía que Dios los amaba – él era el amor de Dios – en persona. Jesús sabía que Dios quería una relación restaurada con aquellos a quienes creó – el vino a hacer la restauración cabalmente posible. Es por eso que estamos caminando con Jesús hacia Jerusalén.

Oración: Jesús, gracias por tu disposición en venir, por mí. Amen.

Preguntas:
1. Describa justo cuanto piensa usted que Dios le ama y se interesa por usted.
2. ¿En qué maneras siente usted a Dios como su amigo?

A Dios le Importas

Viernes 11 de Marzo del 2011

Lectura Bíblica: Isaías 49:14-16; Lucas 15:3-6

¿Alguna vez ha admirado el cielo en una noche clara, ha visto estrellas brillantes y centelleantes por doquiera, y se ha hecho la siguiente pregunta: “¿Acaso me intereso en el Dios quien creó todo esto?”. Si no lo ha hecho, trate alguna vez. Si ya lo ha hecho, entonces ya sabe que la sensación de pequeñez puede ser casi abrumadora.

Los astrónomos nos dicen que nuestro sol es uno de al menos 500 billones de estrellas en la Vía Láctea. Nuestra propia galaxia no es ni siquiera tan grande, y habita entre doscientos billones de otras más – todas ellas con enjambres de estrellas. De manera que cuando admiro esas estrellas, soy una persona (entre billones), en un planeta pequeñito, en una pizca de un sistema solar (entre billones), en una galaxia de tamaño mediano (algunas son millones de veces más grandes que la nuestra) – ¿me intereso en el Creador de nuestro Universo?

Isaías dirigía esta misma pregunta cientos de años antes cuando habló a los Judíos que vivían cautivos en otra tierra, sus ciudades siendo no mas que montones de escombros, trabajando como esclavos y sin esperanza de un futuro. ¿“Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Pero aún las madres se olvidan, yo nunca te olvidaré. Mira, he grabado tus nombres en la palma de mis manos” (Version:The Message).

Siglos más tarde, los ángeles cantaron, los pastores contaron una historia, y Juan el Bautista predicó sobre un Dios que se interesaba por el hombre. El Dios que se interesaba por el hombre era Jesús. Por un período de tres años, con entusiasmo e intensidad, Jesús recorrió los polvorientos caminos de Palestina diciendo a uno y a todos “¡Tienen que escuchar esto!” ¿Qué quería él que la gente escuchara? Jesús dijo que Dios es como un pastor que deja noventa y nueve ovejas dentro del rebaño para buscar a una perdida; Dios es como un padre que no puede dejar de pensar en, ni dejar de extrañar a un hijo que ha hecho todo mal; Dios es como un huésped que abre su casa de banquete a mujeres sin hogar y a vagabundos de la calle, y les dá la bienvenida de manera personal; Dios ama a la gente no como raza humana en general, sino de la misma forma en que tu y yo lo hacemos: uno a la vez. De hecho, Jesús dijo que yo soy tan íntimamente importante y le importo tanto a Dios que aún los cabellos de mi cabeza están todos contados.

Y sabes que – ¡No hay otra persona en este mundo que me conozca tanto!!! Somos tan importantes que Dios vino en persona para ocuparse de nuestra redención. Ahora regresa a mirar aquel cielo nocturno nuevamente, y pregúntate si realmente le importas a Dios.

Oración: Jesús, gracias porque fui tan importante para ti que viniste – justo por mí. Amén.

Preguntas:
1. ¿Qué sentimientos tienes acerca de lo importante que eres para el Dios Creador?
2. ¿Puedes contar una historia de alguna vez en que supiste cuánto le importas a Dios?